El Papa Francisco ha enviado un mensaje a los seminaristas de Francia que celebran un encuentro en París y les ha recordado que el celibato es el “corazón de la identidad” del sacerdocio.
En el escrito, firmado por el Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado de la Santa Sede, el Pontífice agradece a los seminaristas su “respuesta valiente” ante la llamada del Señor.
Asimismo, manifiesta su alegría por ver que muchos “se atreven todavía, con la generosidad y la audacia de la fe, y a pesar de los tiempos difíciles que atraviesan nuestras Iglesias y nuestras sociedades occidentales secularizadas, a seguir al Señor en su servicio y en el de sus hermanos y hermanas”.
El Papa Francisco remarca que la Iglesia de Francia les necesita siendo lo que el sacerdote debe ser, “lo que siempre ha sido y lo que siempre será por voluntad divina: La participación en la autoridad por la que Cristo edifica, santifica y gobierna su Cuerpo”.
“Ello mediante una inefable configuración con Cristo, Cabeza de su Iglesia, que lo sitúa frente al Pueblo de Dios -aunque siempre forme parte de él- para enseñarle con autoridad, guiarlo con seguridad y transmitirle eficazmente la gracia mediante la celebración de los sacramentos”, puntualiza.
En este sentido, recuerda que “en el punto más alto, fuente y cumbre de la vida de la Iglesia y de su vida personal, el sacerdote celebra la Misa, en la que, haciendo presente el sacrificio de Cristo, se ofrece a sí mismo en unión con Cristo sobre el altar y deposita allí la ofrenda de todo el Pueblo de Dios y de cada uno de los fieles”.