La Iglesia Católica enseña que el Adviento es un tiempo de espera, conversión y esperanza. Durante esos días, los fieles se preparan para celebrar la primera y humilde venida del Salvador del mundo.
De igual manera, los católicos se disponen a recibirlo en sus corazones, para configurar su vida según las enseñanzas de ese Niño que nacerá en una gruta de Belén el día de Navidad. Además, es un período de espera-súplica de la última y gloriosa venida de Cristo, Señor de la historia y Juez universal.
Sin embargo, el Adviento puede convertirse en una época marcada por lo superficial si no se ponen los medios para llenarlo de un sentido cristiano y profundo.
Es por esto que el Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos ofrece una serie de recomendaciones para vivir adecuadamente estos días de preparación para la Navidad.
Estas recomendaciones fueron publicadas en 2002 en el capítulo IV del Directorio sobre la piedad popular y la liturgia.