Este domingo, en la Solemnidad de Cristo Rey del Universo, el Papa Francisco dirigió el rezo del Ángelus desde la capilla de la Casa Santa Marta, el cual fue seguido por los fieles a través de las pantallas colocadas en la Plaza de San Pedro.
Antes del rezo de la oración mariana, el Santo Padre explicó que no podía asomarse a la ventana del Palacio Apostólico, como sucede cada domingo, debido a que todavía tiene “este problema de inflamación en los pulmones”.
Por ello, indicó, la reflexión sería leída por Mons. Paolo Braida, oficial de la Secretaría de Estado, quien “las conoce muy bien porque es el que las hace, ¡y siempre las hace tan bien!”.
En la reflexión leída, se recuerda que el Evangelio de este domingo, en el que termina el año litúrgico, habla sobre el juicio final, el cual “será sobre la caridad”.
“La escena que nos presenta es la de una sala real, en la que Jesús, ‘el Hijo del hombre’, está sentado en un trono. Todos los pueblos están reunidos a sus pies y entre ellos están ‘los bienaventurados’, los amigos del Rey”.
“Pero, ¿quiénes son? ¿Qué tienen de especial estos amigos a los ojos de su Señor? Según los criterios del mundo, los amigos del rey deberían ser aquellos que le han dado riqueza y poder, que le han ayudado a conquistar territorios, a ganar batallas, a engrandecerse entre otros gobernantes, tal vez a aparecer como estrella en las primeras páginas de los periódicos o en las redes sociales, y a ellos les debería decir: ‘Gracias, porque me han hecho rico y famoso, envidiado y temido’. Esto según los criterios del mundo”.