Este 22 de noviembre celebramos a Santa Cecilia, patrona de los músicos, quien antes de morir había pedido que su casa se convirtiera en algo muy especial. Además, allí se apreció un hecho milagroso cuando abrieron su ataúd, el cual ha quedado plasmado en una obra de arte.
Según el relato de la muerte de Santa Cecilia (aprox. 180-230) recopilado en el libro Leyenda dorada, la santa fue condenada a morir en su casa dentro de un caldero de agua hirviente. Pero ella no sufrió ningún efecto.
Viendo que no tenían éxito, un verdugo intentó decapitarla, estando ella dentro del caldero. Pero a pesar de que le dio 3 golpes en el cuello, la santa no murió en el instante.
El relato indica que salió de este suplicio “medio muerta y medio viva”. Durante 3 días aprovechó para repartir sus bienes entre los pobres. Luego le hizo un pedido al Papa San Urbano sobre las personas a las que ella había ayudado en su proceso de conversión y que estaban bajo su protección.
“Pedí al Señor que me concediese un plazo de tres días para tener ocasión de rogar a tu paternidad que te hagas cargo de todos éstos y que consagres esta que fue mi casa, y la conviertas en iglesia”, le dijo la santa al Sucesor de Pedro.
Santa Cecilia murió y el Pontífice sepultó sus restos junto a las tumbas de los obispos. San Urbano convirtió la casa de la santa en un templo.