El caso de la bebé británica Indi Gregory dio la vuelta al mundo. La pequeña falleció el pasado 13 de noviembre, luego de ser desconectada del soporte vital que la mantenía con vida. Ello se dio tras una sentencia de la justicia británica en contra de la voluntad de sus padres y a pesar de que el hospital pediátrico Bambino Gesù de Roma, administrado por la Santa Sede, se había ofrecido a tratarla sin costo alguno.
Hoy lunes, la asociación italiana sin fines de lucro Pro Vita & Famiglia anunció que el funeral de la pequeña Indi tendrá lugar el 1 de diciembre, en el Reino Unido, y será presidido por Mons. Patrick McKinney, Obispo de Nottingham.
“Los padres de Indi, Dean y Clear, han invitado a todos aquellos que quieran presentar sus últimos respetos a la pequeña víctima de la eutanasia”, señala la asociación. Además, informa que entregarán a los padres de Indi una carta de “solidaridad, cariño y pésame firmada por más de 50.000 ciudadanos italianos”.
Jacopo Coghe es vicepresidente de Pro Vita & Famiglia y siguió de cerca el desarrollo del caso de Indi. En una conversación con ACI Prensa, explicó que lo sucedido con la niña debe llevar a la reflexión y a tomar las medidas necesarias para proteger la vida humana, especialmente la de aquellos que no tienen voz para defenderse.
Después de la muerte de Indi, y tal como sucedió con otros casos como los de Charlie Gard y Alfie Evans, ¿cuáles son a nivel moral y ético las principales cuestiones que la medicina y la sociedad en general deben enfrentar con respecto a la vida y la muerte, la enfermedad y el sufrimiento?
El caso de Indi Gregory, como los de Charlie Gard y Alfie Evans, plantea importantes cuestiones políticas, éticas y sociales sobre la sacralidad y dignidad de la vida humana.El miedo al sufrimiento a veces lleva a considerar la muerte como la única solución en ciertas circunstancias, o al menos como la “preferible”. Toda vida siempre es digna de ser vivida. Si está afectada por un gran sufrimiento, por una enfermedad quizás incurable, eso no significa que la medicina o la sociedad deban dejar de cuidar al que sufre y a quienes sufren a su lado: familiares, parientes, amigos, trabajadores sociales, etcétera.