Este domingo la Iglesia Católica celebra la Jornada Mundial de los Pobres bajo el lema “No apartes tu rostro del pobre”, una iniciativa instituida por el Papa Francisco mediante la Carta Apostólica Misericordia et misera en 2016.
Desde entonces todas las diócesis están llamadas a sumarse a este día cada XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario como “la preparación más adecuada para vivir la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo”, que se celebra la semana siguiente.
La Conferencia Episcopal Española (CEE) ofrece cada año unas pautas para las homilías relacionadas con esta jornada. Este año, una de ellas es considerar que se trata de una jornada para compartir la Eucaristía.
“La jornada Mundial de los Pobres va más allá de una simple colecta. No se trata de hacer algo ‘por’ los pobres, sino ‘con’ ellos, favoreciendo el encuentro y el diálogo fraterno, la mesa compartida y las relaciones interpersonales para descubrir la fuerza salvífica contenida en ellos”, señala el documento.
Una de las expresiones más evidentes de este compartir fraternal es la “Fiesta de todos”, que se celebra en Madrid desde la creación de la I Jornada Mundial de los Pobres en una parroquia o local cedido para la ocasión.
Sus impulsores iniciales fueron la Fundación Lo que de verdad Importa y la Asociación Bocatas, de la que es miembro Mauricio Sartorius, quien explica que “todos los que se quieran apuntar dentro del límite de aforo son bienvenidos siempre que tengan un mínimo de referencia por motivos de seguridad”.