El monasterio Mater Ecclesiae situado en el Vaticano, última morada de Benedicto XVI, será habitado a partir del próximo mes de enero por media docena de religiosas benedictinas procedentes de Argentina, llamadas por el Papa Francisco.
En concreto, se trata de seis monjas de la Orden Benedictina que hasta la fecha desarrollan su vida religiosa en la Abadía de Santa Escolástica en Victoria situada en la Provincia de Buenos Aires, dentro de la Diócesis de San Isidro (Argentina) y que han sido convocadas por el Papa Francisco.
La Oficina de Prensa de la Santa Sede recuerda que fue San Juan Pablo II, quien en 1994 erigió un monasterio femenino de vida contemplativa dentro de la Ciudad del Vaticano, con el título Mater Ecclesiae.
En él se han sucedido, entre 1994 y 2012, cuatro comunidades pertenecientes a la Orden de Santa Clara, de las Carmelitas Descalzas, de San Benito y de la Visitación de Santa María.
En el año 2013, después de que Benedicto XVI renunciara al papado, el monasterio se convirtió en su residencia, donde permaneció hasta su muerte el pasado 31 de diciembre de 2022 en compañía del Arzobispo Mons. Georg Gänswein y cuatro mujeres consagradas.
Según detalla la Santa Sede, el Papa Francisco dispuso a través de una carta autógrafa fechada el pasado 1 de octubre que el lugar “retome su finalidad original” de tal forma que “órdenes contemplativas sostengan al Santo Padre en su cotidiana solicitud por toda la Iglesia, por medio del ministerio de la oración, de la adoración, de la alabanza y de la reparación, siendo así presencia orante en el silencio y en la soledad”.