El Papa Francisco afirmó este miércoles 8 de noviembre que “incluso los ambientes secularizados nos ayudan a la conversión”.
Continuando con su ciclo de catequesis sobre la pasión por la evangelización y el celo apostólico, el Papa Francisco dedicó la Audiencia General de hoy a reflexionar sobre la Venerable Sierva de Dios Madeleine Delbrêl, escritora y mística francesa, una agnóstica que encontró a Dios.
Madeleine fue también asistente social, y vivió durante más de treinta años en la periferia pobre y obrera de París. En torno a los 20 años descubrió al Señor y se convirtió al catolicismo. Llegó a escribir que “una vez que hemos conocido la palabra de Dios, no tenemos derecho de no recibirla; una vez recibida, no tenemos derecho de no dejar que se encarne en nosotros; una vez encarnada en nosotros, no tenemos derecho de conservarla para nosotros: desde ese momento pertenecemos a aquellos que la esperan”.
El Santo Padre recordó que la “alegría de la fe la lleva a madurar una elección de vida enteramente donada a Dios, en el corazón de la Iglesia y en el corazón del mundo, simplemente compartiendo en fraternidad la vida de la gente de la calle”.
Destacó que la venerable francesa acuñó el término “espiritualidad de la bicicleta” para explicar que la fe “no se sujeta sin dar vueltas. Podemos mantenernos erguidos sólo avanzando, moviéndonos, en un impulso de caridad”.
Para el Papa Francisco, “solamente en camino vivimos en el equilibrio de la fe”, lo que supone tener “el corazón constantemente en salida”.