Este 5 de noviembre se conmemora a los esposos San Zacarías y Santa Isabel, padres de San Juan Bautista. Una antigua tradición indica que el papá del profeta habría muerto “mártir” en el Templo de Jerusalén por salvar de la muerte a su hijo, San Juan Bautista.
En el Protoevangelio de Santiago, un texto apócrifo de importante referencia mariana, se indica que Zacarías era el Gran Sacerdote del Templo de Jerusalén cuando Herodes mandó a matar a los niños menores de 2 años.
La Biblia detalla que la Virgen María tomó al niño y huyó a Egipto con San José, mientras que los Reyes Magos tomaron otro camino de regreso a su tierra. Herodes, al ver que no regresaban los Magos ante su presencia, se llenó de cólera y mandó a asesinar a los bebés para que el descendiente de David, el rey de los judíos, no le quitara el trono.
De acuerdo al Protoevangelio, Santa Isabel también agarró a su bebé Juan y huyó hacia una montaña. Pero como era muy difícil subir, empezó a clamar ayuda divina. Es así que la montaña se abrió y los resguardó. Además, un ángel los custodió.
Los que servían a Herodes fueron donde Zacarías y le preguntaron por su bebé. Él les respondió que permanecía constantemente en el templo y que no sabía dónde estaba su pequeño.
Ellos fueron y le contaron todo a Herodes, quien se irritó más porque creía que el hijo de Zacarías un día iba a reinar a Israel. Entonces exigió que fueran nuevamente donde el gran sacerdote para que dijera el paradero de su bebé.