Ayer, el Cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca Latino de Jerusalén, consagró Tierra Santa al Inmaculado Corazón de María. El purpurado celebró una Misa solemne en el Santuario Mariano de Deir Rafat (Israel), cerca de Jerusalén, desde donde se pronunció el acto de consagración.
El Santuario de Deir Rafat, también conocido como Santuario de Nuestra Señora Reina de Palestina y de Tierra Santa, fue construido en 1927. A la celebración litúrgica, dedicada a esta advocación mariana, asistieron varios obispos, sacerdotes, religiosas y algunos fieles laicos que lograron llegar hasta el templo.
En su homilía, el Cardenal Pizzaballa afirmó que, en la actualidad, parece difícil encontrar esperanza en la región, pero que los cristianos deben tener plena confianza en el amor y la sabiduría de Dios. Y subrayó la importancia de “leer la Palabra de Dios en estos tiempos difíciles, especialmente los Evangelios”.
“Que Nuestra Madre, la Virgen María, nos consuele, nos acompañe y nos ayude a someternos a la Palabra de Dios, para que en nosotros crezca la semilla de la humildad y la confianza", expresó el Patriarca Latino de Jerusalén.
Mons. William Shomali, Vicario General del Patriarcado, recitó el acto de consagración de Tierra Santa al Inmaculado Corazón de María después de la Comunión.
En el texto se pide a Nuestra Señora que, en estos tiempos de guerra y violencia en Tierra Santa, “nunca deje de guiarnos a Jesús, Príncipe de la Paz”. Asimismo, se pone de manifiesto que la humanidad se ha desviado del camino de la paz y se ha olvidado de las lecciones aprendidas de los conflictos del siglo pasado.