Cada 31 de octubre se “celebra” Halloween, una fiesta que ha crecido en popularidad y se ha extendido en el mundo, con un marcado carácter comercial.
La festividad tiene sus orígenes en rituales paganos celtas, en la actual Irlanda. Era una tradición en esa cultura que algunos se disfrazaran de fantasmas y monstruos intentando protegerse de lo que consideraban espíritus malignos.
Tras la evangelización de los celtas, la fiesta adquirió un sentido cristiano y pasó a llamarse “All hallow’s eve” o “Víspera de Todos los Santos”. Tras la llegada de los irlandeses a Estados Unidos, eventualmente el nombre se transformó en “Halloween”.
Algunos grupos ocultistas aprovechan “Halloween” para practicar rituales satánicos que ofenden a la Iglesia y a Cristo, y en ocasiones incluyen hostias consagradas y objetos cristianos sagrados.
Por ese motivo, comunidades católicas alrededor del mundo proponen que en esa fecha se realicen vigilias de oración y adoración eucarística, en desagravio a los ataques y en reparación a las ofensas a Jesucristo.