La Iglesia Católica hizo un llamado para ayudar a las personas afectadas por el paso del huracán Otis, que en la madrugada del 25 de octubre tocó tierra con categoría 5 en la ciudad de Acapulco y avanzó por otras áreas del estado mexicano de Guerrero, dejando a su paso una estela de destrucción.
En conferencia de prensa este 26 de octubre, Rosa Icela Rodríguez, secretaria (ministra) de Seguridad y Protección Ciudadana del Gobierno de México, indicó que hasta el momento se han registrado 27 fallecidos y 4 personas desaparecidas, además de importantes pérdidas materiales.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, informó que se ha logrado abrir “el paso en la autopista y se va a hacer lo propio con la carretera libre, con la carretera federal, para que se tenga acceso para ir a Chilpancingo, a la Ciudad de México, para salir de Acapulco”.
En respuesta a la emergencia, durante la amenaza del huracán Otis se habilitaron refugios temporales en diversas zonas de Guerrero, con el propósito de proporcionar seguridad, refugio y protección en caso de desastre. En información compartida con ACI Prensa, Cáritas Mexicana anunció que el equipo de respuesta del municipio de Coyuca de Benítez, ubicado a 34 kilómetros al norte de Acapulco, evacuó a las personas que vivían cerca del río y estableció albergues temporales en una escuela primaria.
Además, dio a conocer que se han habilitado templos católicos para albergar a las personas afectadas, incluyendo la parroquia de Nuestra Señora de la Candelaria en la comunidad de Espinalillo, la iglesia de la Virgen de Guadalupe en la comunidad de El Embarcadero, y la iglesia de la Virgen de la Caridad del Cobre en El Carrizal.
Por otra parte, Cáritas Mexicana solicitó con urgencia agua, víveres no perecederos y útiles de aseo personal, así como material para la reconstrucción de viviendas para una segunda etapa.