Ayer 24 de octubre, falleció a los casi 102 años Wanda Półtawska, una de las amigas más cercanas del Papa San Juan Pablo II y quien durante años fue miembro y consultora de los dicasterios vaticanos vinculados a la defensa de la vida y la familia.
Nacida en Polonia en noviembre de 1921, Wanda Wojtasik —como se apellidaba de soltera— fue testigo de la ocupación nazi durante la Segunda Guerra Mundial, al igual que Karol Wojtyla, el futuro San Juan Pablo II.
En esos años Wanda formó parte de la resistencia polaca y frecuentaba los círculos de estudiantes católicos.
Sin embargo, fue apresada por la Gestapo el 17 de febrero de 1941 e internada en el castillo de Lublin. El 21 de noviembre fue enviada al campo de concentración de Ravensbrück, donde fue usada para experimentos científicos que le ocasionaron secuelas de por vida. Posteriormente fue trasladada al campo de Neustadt-Glewe, de donde fue liberada el 7 de mayo de 1945 tras la victoria aliada.
Los sufrimientos que padeció en el campo de Ravensbrück los describió en su libro Y tengo miedo de mis sueños.
Según indica hoy la edición polaca de Vatican News, la amistad con el P. Karol Wojtyla nació en 1950 y desde entonces colaboró con él, una asistencia que se prolongó durante el pontificado de Juan Pablo II.