El Papa Francisco saludó hoy a los devotos y miembros de la Cofradía en Roma (Italia) del Señor de los Milagros, una devoción de origen peruano que se remonta a mediados del siglo XVII y que se ha extendido por el mundo.
En sus palabras posteriores al rezo del Ángelus, viendo a los peruanos devotos del Señor de los Milagros reunidos hoy en la Plaza de San Pedro, el Papa expresó: “¡gracias, gracias por su testimonio! Continúen así, con esta piedad tan bella”.
¿Cómo surgió la devoción al Señor de los Milagros?
La devoción al Señor de los Milagros, también conocido como Cristo de Pachacamilla, Cristo Morado o Señor de los Temblores, surgió en el siglo XVII, luego de que un negro angoleño pintó la imagen de Cristo crucificado en una pared del centro de Lima (Perú), que hoy es el altar mayor del Santuario de las Nazarenas.
El 13 de noviembre de 1655, un devastador terremoto azotó Lima y Callao, dejando una estela de destrucción y pérdida de vidas. De forma inexplicable, la pared en la que estaba pintado el Cristo de Pachacamilla permaneció en pie.
El milagro se repitió en violentos sismos que ocurrieron en años y siglos posteriores.