Ocho años después de que una nota a pie de página en uno de los documentos firmados por el Papa Francisco parecía abrir la puerta para que los católicos divorciados vueltos a casar recibieran la Comunión sin renunciar a las relaciones sexuales, una nueva serie de conflictos públicos sobre su legitimidad doctrinal ha mostrado lo controversial que aún este tema en los niveles más altos de la Iglesia.
La última crítica vino la semana pasada de un ex prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe del Vaticano, el Cardenal alemán Gerhard Müller. Esto se dio después de que el Papa y el nuevo prefecto de ese dicasterio, el Cardenal Víctor Fernández, supuesto “escritor fantasma” (ghost writer) de gran parte de la exhortación apostólica Amoris laetitia (La alegría del amor), publicaron el 3 de octubre una respuesta conjunta a una lista de preguntas formales, también llamadas dubia, presentadas por el Cardenal checo Dominik Duka sobre el tema. La respuesta reafirmó las implicaciones innovadoras de la exhortación apostólica de 2016.
Al respecto, el Cardenal Müller se expresó el 13 de octubre publicando su propio análisis de la respuesta del Vaticano, calificándola de "ruptura" con las claras enseñanzas de San Juan Pablo II y del Papa Benedicto XVI. Indicó, además, que la respuesta vaticana también está en desacuerdo con las doctrinas eclesiales establecidas sobre el pecado grave y la recepción lícita de la Eucaristía.
El principal punto de controversia que plantea este documento, según el purpurado alemán, es el criterio de admisión a los sacramentos para los divorciados vueltos a casar. La respuesta del Vaticano afirma, en efecto, que los obispos deberían desarrollar en sus diócesis criterios basados en Amoris laetitia que puedan ayudar “a los sacerdotes en el proceso de acompañamiento y discernimiento respecto al posible acceso a los sacramentos de algunos divorciados en una nueva unión".
Añadía que la carta de aprobación del Papa a las orientaciones emitidas por los obispos de la región pastoral de Buenos Aires para la interpretación de la exhortación apostólica, en 2016, eran "magisterio auténtico”.
Este documento bonaerense citado por el Dicasterio sugiere que el pastor puede, tras un discernimiento y ante “circunstancias complejas”, extender el acceso a los sacramentos de la Reconciliación y la Eucaristía a los divorciados vueltos a casar que no observen el compromiso de continencia sexual en su nueva unión.