El Obispo de Ciudad Juárez, Mons. Renato Ascencio León, y el clero de su diócesis publicaron un comunicado en el que lamentan el asesinato de un sacerdote en esta región fronteriza con Estados Unidos, pero asegura que la violencia no detendrá la labor de la Iglesia en esta región marcada por la violencia.
En el comunicado, el Obispo lamenta profundamente “el artero asesinato de nuestro hermano el padre Ramón Navarrete Islas, como una dramática manifestación más de la inseguridad, la violencia y la cultura de la muerte que marca nuestra realidad cotidiana”.
Al mismo tiempo, reafirma “nuestra fe y nuestra esperanza en el Señor de la vida y de la historia y confirmamos nuestra decisión de seguir luchando por lograr los cielos nuevos y la tierra nueva donde habite la justicia, uniéndonos a todos aquellos a los que alaba la Escritura diciendo de ellos que amaron tanto la vida que no temieron la muerte”.
El Obispo se solidarizó con la familia del fallecido y con “todas la familias que en nuestra Diócesis han sufrido por causa de la inseguridad y la violencia la perdida de algún ser querido”.
Asimismo, agradece a las comunidades parroquiales por “el cariño, la comprensión y el apoyo que continuamente nos brindan. Sepan que por encima de nuestras fallas y fragilidades humanas, nos anima un sincero deseo de servicio fraterno hacia todos ustedes como signo de nuestra fidelidad al Señor que nos ha llamado a colaborar con él en la construcción del Reino de Dios, en el aquí y ahora de nuestra diócesis de Ciudad Juárez”.
El Obispo pidió a las autoridades “una investigación a fondo de este caso y de todos los pendientes, una justicia pronta y expedita y un alto definitivo a la impunidad”.