Ante la guerra civil que se mantiene en el país desde hace 12 años y los daños que dejaron los terremotos de febrero en Siria, el Arzobispo Sirio Católico de Alepo, Mons. Denys Antoine Chahda, destacó que la Iglesia Católica trabaja para “mantener la fe de la gente”, buscando “motivarlos a no salir del país”.
Cerca de 51 mil personas murieron en Siria y Turquía a causa de los sismos, que dejaron daños que se estiman en más de 118 mil millones de dólares.
Entrevistado por ACI Prensa, Mons. Chahda recordó que “la gente salió toda a las calles, dejaron sus casas porque sintieron la muerte”.
“Salieron a la calle, durmieron días en las calles, otros en sus carros, otros en las iglesias, en las salas parroquiales. Muchas casas cayeron, hubo mucho derrumbe, muchos muertos”, indicó el Arzobispo sirio.
El Prelado destacó la ayuda que en esos momentos brindó la Iglesia Católica en Siria a los damnificados, sin importar su religión.
“Nosotros hicimos lo posible para estar cerca, al lado de la gente que pasó momentos de tristeza y dolor (...). Todas las iglesias de Alepo abrieron sus salones parroquiales. Recibimos musulmanes, cristianos dentro de las parroquias y ofrecimos comida, medicamentos, almohadas, cubrecamas. Nos aseguramos de que la gente se sienta como en su casa y logramos que tuviera un momento de tranquilidad”, expresó.