En la Audiencia General de hoy, el Papa Francisco continuó su ciclo de catequesis sobre la evangelización y el celo apostólico. Este miércoles 11 de octubre propuso el ejemplo del testimonio de Santa Josefina Bakhita, una mujer “libre y capaz de amar” incluso a quienes la esclavizaron.
A continuación, la catequesis completa del Papa Francisco:
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
En el camino de la catequesis sobre el celo apostólico, hoy nos dejamos inspirar por el testimonio de Santa Josefina Bakhita, una santa sudanesa.
Desgraciadamente, desde hace meses Sudán está desgarrado por un terrible conflicto armado del que hoy se habla poco; oremos por el pueblo sudanés, para que viva en paz. Pero la fama de Santa Bakhita ha traspasado todas las fronteras y ha llegado a todos aquellos a los que se les niega la identidad y la dignidad.
Nacida en Darfur —la atormentada Darfur— en 1869, fue secuestrada por su familia a los siete años y convertida en esclava. Sus captores la llamaban “Bakhita”, que significa “afortunada”. Pasó por ocho “patrones”. Uno la vendía al siguente. El sufrimiento físico y moral al que fue sometida de niña le dejó sin identidad. Sufrió maldad y violencia: llevaba más de cien cicatrices en el cuerpo. Pero ella misma declaró: “Como esclava nunca desesperé, porque sentía que una fuerza misteriosa me sostenía”.
Ante esto, me pregunto: ¿Cuál es el secreto de Santa Bakhita? Sabemos que a menudo el herido hiere a su vez; el oprimido se convierte fácilmente en opresor. En cambio, la vocación del oprimido es liberarse a sí mismo y a los opresores convirtiéndose en restauradores de la humanidad.