El martes, el gobierno de Armenia informó que la gran mayoría de los pobladores de etnia armenia que se hallaban en la región de Nagorno-Karabaj han abandonado su tierra ancestral en las últimas dos semanas, tras una violenta toma de control por parte de Azerbaiyán.
Según el gobierno armenio, 100.617 refugiados de Nagorno-Karabaj —de una población de 120,000— han sido “desplazados forzosamente”. Además, señala que actualmente 345 refugiados están recibiendo atención médica y que “muchos de ellos se encuentran en estado crítico o extremadamente crítico”.
Mientras tanto, el lunes 2 de octubre, un pequeño enfrentamiento militar cerca de la frontera entre Armenia y Azerbaiyán evidenció aún más las crecientes tensiones entre estas dos naciones vecinas.
Este jueves 5 de octubre, el Parlamento Europeo ha condenado la violenta toma de Nagorno-Karabaj, al considerar que “constituye una violación flagrante del derecho internacional y los derechos humanos y una clara violación de los intentos anteriores de lograr un alto el fuego”.
Los eurodiputados afirman que la situación actual equivale a “una limpieza étnica” y reclaman tanto sanciones contra los responsables como una revisión de la relación bilateral.
Además, instan a la Unión Europea y a los países miembros a proporcionar de forma inmediata toda la ayuda requerida a Armenia para abordar la llegada de refugiados de Nagorno-Karabaj y la subsiguiente crisis humanitaria.