A pocas horas de que finalice el que ha sido el segundo día del Sínodo de la Sinodalidad, la Oficina de Prensa de la Santa Sede ha presentado un primer y breve briefing sobre lo ocurrido en el Aula Pablo VI del Vaticano.
Siguiendo con la línea del clima de silencio y confidencialidad que se ha percibido durante las ruedas de prensa previas al Sínodo y al “ayuno de la opinión pública” que solicitó el Papa Francisco durante la inauguración del mismo, el prefecto del Dicasterio para la Comunicación, Paolo Ruffini, se ha limitado a recordar las palabras del Pontífice y a resumir la estructura de la asamblea.
La confidencialidad del Sínodo
Paolo Ruffini también subrayó que la “primera novedad del Sínodo” es el carácter “confidencial” de lo que ocurre dentro de las paredes del aula, para dar prioridad a “la escucha” entre sus miembros. Según el prefecto de Comunicación, la razón de este silencio se debe a que “es un tiempo de discernimiento en el Espíritu, lento y con tiempo”.
Preguntado por la “preocupación” que sienten muchos católicos por el perfil de algunos de los participantes —varios de ellos a favor de la ordenación sacerdotal de mujeres— y del silencio interpuesto, Ruffini remarcó que “el Sínodo es un cuerpo, es un ‘nosotros’, por eso se pide a cada miembro que sea consciente de que cada intervención está dentro de un ‘todo’”.
Asegura que con ello buscan la “humildad” de los participantes, ya que “su pensamiento personal es parte de un discernimiento mayor”.