Santa Faustina Kowalska, vidente del Señor de la Misericordia y cuya fiesta se celebra cada 5 de octubre, se enfrentó cara a cara contra el diablo. La santa lo vencía practicando una importante virtud que hace huir a demonios.
En su diario, Santa Faustina cuenta que cierta vez, luego de una adoración eucarística, se dirigía a su celda, término que se usa en las comunidades religiosas para referirse a su modesta habitación.
En el camino fue detenida por un grupo de perros enormes y oscuros que querían atacarla. Ella se dio cuenta de que no eran animales realmente, sino demonios. Entonces uno de ellos le aseguró que la iban a despedazar porque esa noche les había arrebatado muchas almas.
Con valentía y humildad, Santa Faustina respondió: “Si tal es la voluntad de Dios misericordiosísimo, desgárrenme en pedazos, porque me lo he merecido justamente, siendo la más miserable entre los pecadores y Dios es siempre santo, justo e infinitamente misericordioso”.
Al oír esto, los espíritus malignos decidieron huir diciendo que ella no se encontraba sola, sino que “el Todopoderoso está con ella”.
En otra ocasión ella estaba durmiendo y Satanás empezó a sacudir la cama. La santa se despertó y con tranquilidad se puso a orar a su Ángel de la Guarda. Luego vio a las almas del purgatorio y entre ellas a numerosos demonios. Incluso uno de ellos saltó a su cama en forma de gato para atormentarla. Pero, ella continuó rezando el Santo Rosario.