En Jerusalén, lugar en donde estuvo San Francisco de Asís como peregrino visitando los lugares santos, se celebró a lo grande la fiesta del fundador de la Orden de los Hermanos Menores.
De acuerdo a los franciscanos de la Custodia de Tierra Santa (CTS), las festividades se realizaron en la Iglesia de San Salvador. Todo comenzó el martes 3 de octubre con el rezo de las primeras vísperas, que son oraciones contenidas en un libro llamado Liturgia de las horas y que rezan todos los religiosos del mundo.
Luego de este momento de oración, las luces del templo se apagaron y se empezó a leer la crónica franciscana de cómo murió San Francisco. Y en el momento en que se mencionó que el santo pasó a la vida eterna, la iglesia nuevamente se iluminó.
La CTS indica que esa noche unos 42 franciscanos renovaron sus votos de pobreza, castidad y obediencia.
Este año, los frailes no colocaron una estatua de su fundador al pie del altar, sino un enorme cuadro en forma de tríptico que contiene diversas imágenes de la vida del santo. En la parte central está representado el tránsito o partida al cielo de San Francisco.