En la inauguración del Sínodo de la Sinodalidad, que tuvo lugar este miércoles 4 de octubre en el Vaticano, el Papa Francisco afirmó que “la Iglesia se ha detenido, como se detuvieron los Apóstoles en el Sábado Santo”. Para el Pontífice, este Sínodo es “una pausa de toda la Iglesia en escucha”.
Tras una Misa de inauguración celebrada por el Papa Francisco, en la que han participado los nuevos cardenales, tuvo lugar en el Aula Pablo VI la primera congregación general, en la que estuvo el Santo Padre.
Los 365 miembros del Sínodo con derecho a voto, incluido el Santo Padre, se han reunido hoy a las 16:00 horas (hora de Roma) y se han dividido en diferentes mesas de 12 puestos cada una.
Al inicio, el Evangeliario ha sido llevado en procesión en medio de la asamblea y se ha leído un pasaje de San Mateo.
Antes de comenzar los trabajos, el Papa Francisco saludó a los presentes y recordó que el concepto de “sinodalidad” se había perdido en la Iglesia de Occidente.
Señaló que en el pasado “la sinodalidad” no estaba madura todavía. Sin embargo, precisó que “lo han pedido todos los obispos del mundo”, ya que era, junto con el sacerdocio, una de las principales preocupaciones de la Iglesia Universal y que había una necesidad de reflexionar sobre ello, pues “el fruto estaba maduro” para hacerlo.