La profesora italiana Fabrizia Raguso, una de las primeras integrantes de la Comunidad Loyola y presunta víctima del P. Marko Rupnik, a quien conoció en 1990, explicó las razones que la llevaron a ella y a las demás firmantes a publicar una carta abierta tras un informe de la Diócesis de Roma sobre el Centro Aletti, fundado por el sacerdote esloveno en la Ciudad Eterna.
“Yo personalmente no puedo quedarme inmóvil y esperar a que todo se decida a nuestras espaldas, sin ser informadas de nada y sin que se me permita participar en nuestro destino”, indicó Raguso en una entrevista concedida a La Nueva Brújula Cotidiana.
“Aunque ya he pedido y recibido el indulto [de salida] y por tanto estoy completamente liberada de la Comunidad [Loyola], siento, sin embargo, una responsabilidad tanto civil como eclesial, para que todo lo sucedido en estos treinta años salga a la luz y se haga justicia”, destacó.
“Muchas de las hermanas están todavía bastante mal y nunca han recibido ninguna ayuda, ni material ni psicológica. Las otras que firmaron conmigo, de alguna manera, con matices ciertamente personales, sienten lo mismo”, precisó.
El P. Rupnik, quien ha tenido a su cargo meditaciones de Cuaresma para la Curia del Vaticano, es cofundador de la Comunidad Loyola junto a Ivanka Hosta en Eslovenia, surgida en la década de 1980 y donde habría abusado de religiosas adultas.
Tras una investigación preliminar encargada a la Compañía de Jesús, la entonces Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) "determinó que los hechos en cuestión debían ser considerados prescritos y por lo tanto cerró el caso a principios de octubre de este año 2022", de acuerdo a un comunicado de los Jesuitas del 2 de diciembre del año pasado.