Después de recibir la aprobación de la junta médica del Instituto Nacional Materno Perinatal de Lima (INMP), se aplicó el aborto “terapéutico” a una menor de 11 años que quedó embarazada como resultado de presuntos abusos cometidos por su padrastro, en Áncash, en el norte de Perú.
Este caso, muy similar a otro ocurrido en agosto, ha generado una gran conmoción en la población local.
Carlos Polo, director de la Oficina para Latinoamérica del Population Research Institute, considera que las organizaciones abortistas están utilizando situaciones como la de estas menores para conseguir “que el aborto sea legal” en el Perú.
“No es casualidad que aparezcan varios casos con las mismas características en un breve periodo de tiempo y todos terminen en el mismo sitio [el INMP] y de la misma manera. Esto lleva a pensar que estos casos de ‘aborto exprés’ no son hechos aislados. Son la táctica de un plan para ampliar del protocolo de aborto ‘terapéutico’ a casos de violación, aborto en menores de edad, malformaciones congénitas en el feto y salud mental”, explica a ACI Prensa.
Si bien el aborto sigue siendo un delito, el artículo 119 del Código Penal señala que “no es punible” cuando “es el único medio para salvar la vida de la gestante o para evitar en su salud un mal grave y permanente”. Asimismo, en 2014 el Ejecutivo aprobó la guía para el aborto terapéutico, que admite esta práctica hasta las 22 semanas de embarazo.
“Actualmente este protocolo se rige por la necesidad objetiva de la atención médica de una emergencia obstétrica en la cual no hay otro medio de salvar la vida o evitar un daño grave y permanente a la madre. Pero para las organizaciones abortistas, el objetivo es que el aborto sea legal por el simple deseo de una mujer sobre continuar el embarazo o terminarlo”, sostiene Polo.