En el segundo y último día de su viaje apostólico a Marsella, y tras participar en la sesión final de los “Encuentros del Mediterráneo”, el Papa Francisco sostuvo un encuentro privado con el presidente de Francia, Emmanuel Macron.
El encuentro se realizó en el Palais du Pharo, el “Palacio del Faro” de Marsella. Luego Macron, acompañado de su esposa, Brigitte, intercambió presentes con el Santo Padre.
En simultáneo, en una sala contigua, se realizó un encuentro entre el Secretario de Estado del Vaticano, Cardenal Pietro Parolin, y Élisabeth Borne, Primera Ministra de Francia.
El encuentro se produce a pocos días de que el gobierno de Macron termine de preparar un proyecto de ley de eutanasia para Francia, que luego deberá ser debatido por el Poder Legislativo.
Minutos antes del encuentro con Macron, el Papa cuestionaba a obispos y jóvenes reunidos en Marsella: "¿Quién escucha los gemidos de los ancianos solos que, en lugar de ser valorados, son aparcados, con la perspectiva falsamente digna de una muerte dulce, pero que en realidad es más salada que las aguas del mar?".