A principios de semana, la Arquidiócesis de Marsella informó que el sábado 23 de septiembre, durante su visita a la ciudad, el Papa Francisco desayunará con las Hermanas Misioneras de la Caridad y no en la sede del Arzobispado como estaba previsto.
Según el diario marsellés La Provence, el Sumo Pontífice sostendrá allí un encuentro privado con unas 30 personas procedentes de familias en situación de pobreza.
El deseo del Santo Padre de cambiar la ubicación del encuentro se ajusta al carisma de las Misioneras de la Caridad de atender a “los más pobres entre los pobres”. La congregación religiosa, fundada por Santa Teresa de Calcuta, tiene presencia en las ciudades francesas de París y Lyon, además de Marsella.
La Madre Teresa estuvo en Marsella en 1980. En aquel momento, visitó la sede temporal de las Misioneras en la parroquia de Sainte-Théodore, que estaba formada por dos monjas indias, una inglesa y una francesa.
“La Orden de la Madre Teresa se estableció en Marsella a petición del Cardenal Roger Marie Etchegaray (Arzobispo de la ciudad entre 1970 y 1984), que había expresado su deseo a la propia fundadora”, escribió en ese momento el periodista de La Provence (entonces llamado Le Provençal) Jacques Bonnadier.
El Cardenal Etchegaray afirmó a Le Provençal, durante la visita de la Madre Teresa: “Pensaba que Marsella necesitaba monjas así, que tengan este carisma de donación, que sean incondicionales en su apoyo a los pobres. Mantuve un largo intercambio de cartas con la Madre Teresa. Y finalmente me dio su consentimiento. Después, creé un pequeño grupo. Ahora están en Marsella, y estoy encantado”.