Erigida en la cima de una colina que se alza majestuosamente sobre la ciudad portuaria de Marsella, Notre Dame de la Garde emerge como un faro de fe, un símbolo de la devoción religiosa y un testimonio de la rica historia de Francia.
Esta imponente basílica dedicada a Nuestra Señora de la Guardia —considerada a partir de la Edad Media la guardiana de la gente de mar y pescadores— se sitúa a más de 160 metros sobre el nivel del mar y ha sido un lugar de peregrinación y reflexión durante más de 800 años.
El viernes 22 de octubre de 2023, después de ser recibido por el presidente francés, Emmanuel Macron, el Papa Francisco se dirigirá a esta basílica para una ceremonia en compañía del clero de Marsella. Luego se acercará a un memorial para pronunciar un discurso dedicado a los marineros y migrantes desaparecidos en el mar.
La basílica es un ícono religioso en Francia
El origen de Notre Dame de la Garde se remonta al siglo XIII, cuando una pequeña capilla fue construida en el mismo sitio donde hoy se alza la basílica. Sin embargo, la estructura actual data del siglo XIX, una obra maestra del arquitecto Henri-Jacques Espérandieu. El edificio destaca por su arquitectura romano-bizantina, con una cúpula dorada que brilla bajo el sol mediterráneo y una estatua también dorada de la Virgen María coronando su cima.
La iglesia ha sido un importante lugar de culto para los católicos de la región y un destino de peregrinación para los creyentes de todo el mundo. Cada año, miles de visitantes suben la colina para admirar su belleza arquitectónica, tener una vista impresionante sobre toda la ciudad y crecer en la vida de fe.