Este martes, Azerbaiyán lanzó ataques militares contra un asentamiento de unos 120.000 cristianos armenios en la disputada región de Nagorno-Karabaj, bombardeando edificios y disparando contra posiciones militares y civiles armenias.
El gobierno azerí calificó sus ataques de "medidas antiterroristas" contra "formaciones militares armenias ilegales". Afirmó, además, que no cesarán hasta la rendición total de la etnia armenia.
Armenia y Azerbaiyán se enfrentan por Nagorno-Karabaj desde 1988. En la actualidad, la región es reconocida internacionalmente como parte de Azerbaiyán, aunque está formada casi en su totalidad por cristianos armenios. Los armenios étnicos de Nagorno-Karabaj niegan el control azerí de la región y reclaman la soberanía propia bajo los auspicios de la "República de Artsaj".
Las Fuerzas de Defensa de Artsaj (el ejército de la República de Artsaj, un Estado separatista armenio no reconocido internacionalmente, que comprende la zona de Nagorno-Karabaj), llevan meses denunciando ataques con armas ligeras azeríes contra militares y civiles armenios.
Las agresiones parecieron intensificarse este martes, cuando el ejército azerí lanzó fuego de artillería y mortero contra posiciones militares y civiles. Los bombardeos continuaron a lo largo del día, causando 23 heridos civiles y dos muertos, entre ellos un niño, según las Fuerzas de Defensa de Artsaj.
El ministro de Asuntos Exteriores de Artsaj, Sergey Ghazaryan, denunció los avances de Azerbaiyán en un comunicado publicado el martes: "Estamos siendo testigos de cómo Azerbaiyán, para aplicar su política de genocidio, avanza hacia la destrucción física de la población civil y la destrucción de objetos civiles de Artsaj".