Este sábado 16 de septiembre, a sólo cuatro días de celebrarse su fiesta, se bendijo e inauguró en el Vaticano una imponente estatua del primer sacerdote y mártir de Corea, San Andrés Kim Taegon, en presencia de un nutrido grupo de fieles del país asiático.
La imagen está ubicada en uno de los nichos de la Basílica de San Pedro, donde el Cardenal Lazarus Heung-sik You, antes Obispo de Daejeon (Corea del Sur) y actual prefecto del Dicasterio para el Clero, presidió una Misa con sacerdotes, religiosas y laicos coreanos; que también fueron recibidos en audiencia por el Papa Francisco.
En el encuentro con el Santo Padre, este resaltó que San Andrés Kim es ejemplo de "una Iglesia que sale de sí misma para esparcir con alegría la semilla del Evangelio, incluso a través de una vida dedicada a los demás, en paz y con amor”.
“Cuando pienso en la intensa vida de este gran santo, me vienen al corazón las palabras de Jesús: 'Si el grano de trigo, caído en tierra, no muere, queda sólo; pero si muere, da mucho fruto'. Son palabras que nos ayudan a leer con inteligencia espiritual la hermosa historia de su fe, de la que San Andrés Kim es una preciosa semilla”, agregó.
En el encuentro con el Pontífice, la delegación coreana le obsequió un modelo de la imagen a menor escala, realizado por el artista Han Jin-Sub, quien también hizo la estatua inaugurada hoy.
La imponente imagen tiene unos 4 metros de alto, pesa unas 6 toneladas y es de color blanco, ya que fue esculpida en mármol de carrara. La estatua muestra al santo mártir coreano con los brazos extendidos, sombrero y con el traje tradicional coreano. El proyecto contó con la colaboración del artista italiano Nicolas Stagetti.