El Papa Francisco aseguró hoy que las tragedias en el trabajo comienzan “cuando el objetivo ya no es el hombre, sino la productividad, y el hombre se convierte en una máquina de producción”.
Así lo afirmó en la mañana de este lunes 11 de septiembre durante una audiencia con los miembros de la Asociación Nacional de Trabajadores con Discapacidad Laboral con motivo del 80° aniversario de su fundación.
El Santo Padre agradeció su labor, iniciada en 1943 durante la Segunda Guerra Mundial. Centrando su mirada en esta “locura” de la guerra, el Papa remarcó que “todo conflicto armado lleva consigo legiones de amputados” y destacó que incluso hoy “la población civil sufre las dramáticas consecuencias”.
“Una vez terminado el conflicto —subrayó— , los escombros permanecen, incluso en los cuerpos y en los corazones, y la paz debe reconstruirse día a día, año tras año, mediante la protección y la promoción de la vida y de su dignidad, empezando por los más débiles y por los más desfavorecidos”.
Por ello, agradeció a esta asociación por su trabajo a favor de la protección y representación de las víctimas de accidentes laborales. “Gracias por seguir insistiendo en la cuestión de la seguridad en el trabajo, donde siguen produciéndose demasiadas muertes y desgracias”.
El Santo Padre aseguró que no se trata sólo de garantizar “una asistencia y una seguridad social adecuadas a quienes sufren formas de discapacidad, sino también de dar nuevas oportunidades a personas que pueden reinsertarse y cuya dignidad exige ser plenamente reconocida”.