Cada mes de septiembre la Iglesia Católica celebra el Mes de la Biblia, un libro complejo para cuya comprensión y mejor aprovechamiento es recomendable tener en cuenta una serie de pautas.
ACI Prensa ha consultado al P. Luis Sánchez Navarro, catedrático de Nuevo Testamento II y profesor de la Facultad de Teología de la Universidad Eclesiástica San Dámaso de Madrid, que ofrece cinco claves que pueden servir de orientación a los católicos a la hora de leer la Biblia.
1. No leer la Biblia al margen de la Iglesia
El P. Sánchez explica que si los católicos leemos tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento es “porque la Iglesia los ha reconocido testimonio inspirado de la Revelación. Por eso, leerlos al margen de la Iglesia, de su fe, resulta estéril”.
El experto abunda en esta idea al afirmar que “su contexto adecuado es la Liturgia y, en particular, la celebración de la Eucaristía, donde esta Palabra se hace carne de modo eminente y real”.
Por un lado, el Antiguo Testamento, “testimonio escrito de la alianza de Dios con Israel, ha sido acogido por la Iglesia -tal y como enseñó el mismo Jesucristo- como preparación y profecía de la Nueva Alianza”.