En el corazón de América Latina, donde nació y creció el Papa Francisco, Argentina está siendo testigo de un cambio político que tiene implicaciones no sólo para su panorama local, sino también para la Iglesia Católica.
Las bulliciosas calles de Buenos Aires, que tradicionalmente resuenan con los ritmos de tango, ahora traen ecos de una melodía distinta. Es la voz de Javier Milei, un economista libertario que, en los últimos años, se ha convertido en un formidable outsider en la política argentina.
Con su apariencia distintiva y su retórica descarada, Milei está desafiando las normas políticas de la nación. Pero a medida que crece en prominencia, muchos se preguntan: ¿Cómo ve la Iglesia Católica, piedra angular de la sociedad argentina, a esta nueva figura política? ¿Y qué piensa el Papa Francisco, que ha hablado a menudo sobre la interacción entre fe y política, sobre la evolución del escenario político de su país? Desde su elección papal, el Santo Padre no ha puesto un pie en su Argentina natal. ¿Una presidencia de Milei podría significar que el Papa no vuelva nunca a su patria?
Los votantes argentinos asestaron un golpe a las dos principales fuerzas políticas del país en las elecciones primarias de hace unas semanas, el 13 de agosto, impulsando al candidato outsider al frente y causando una perturbación significativa antes de las elecciones presidenciales de octubre.
Con el 100% de los votos contabilizados, el economista liberal de derecha había obtenido el 29,86%, superando las expectativas. El principal bloque conservador de oposición se había quedado atrás con un 28%, y la coalición gobernante peronista había recibido un 27,28%.
Con una inflación del 116% y una crisis del costo de vida que empuja a 4 de cada 10 personas a la pobreza, el resultado fue una resonante reprimenda a la coalición peronista de centro izquierda y al bloque de oposición conservador, según informó la agencia.