Este miércoles 6 de septiembre, el Papa Francisco centró su catequesis de la Audiencia General en su reciente viaje a Mongolia, donde asegura haber encontrado “una Iglesia humilde y feliz”.
Como es habitual al regresar de cada viaje apostólico, el Santo Padre dedicó su catequesis a reflexionar sobre lo vivido en Mongolia, el país asiático que por primera vez en la historia ha contado con la presencia de un Pontífice.
Tras mostrar su agradecimiento a las autoridades, el Papa Francisco definió este país como “un pueblo noble y sabio", que le "ha demostrado tanta cordialidad y afecto” y aseguró que sus habitantes orientan “la mirada hacia lo alto, hacia la luz del bien”.
A continuación, el Pontífice explicó la razón de haber realizado este viaje: “¿Por qué el Papa va tan lejos a visitar un pequeño rebaño de fieles? Porque es precisamente ahí, lejos de los focos, donde a menudo se encuentran los signos de la presencia de Dios, el cual no mira a las apariencias, sino al corazón”.
Reiteró que “el Señor no busca el centro del escenario, sino el corazón sencillo de quien lo desea y lo ama sin aparentar, sin querer destacar por encima de los demás”.
Afirmó que él mismo ha tenido la gracia de “encontrar en Mongolia una Iglesia humilde y feliz, que está en el corazón de Dios", y dio testimonio de "su alegría al encontrarse por algunos días también en el centro de la Iglesia”.