El domingo 3 de septiembre se cumplieron 35 años de la beatificación de Laura Vicuña, quien sufrió acoso sexual, maltratos, y ofreció su vida por la conversión de su madre. Por ello, en Chile, su país natal, se realizó una peregrinación de numerosas jóvenes.
La cita se dio el 2 de septiembre en el Cerro Colorado de Santiago de Chile, donde se eleva un santuario en honor a la beata. Allí, en la explanada, se celebró la Santa Misa que fue presidida por el Arzobispo de Santiago, Cardenal Celestino Aos.
En su homilía, el Purpurado recordó que las crónicas indican que Laura Vicuña, alumna de las Hijas de María Auxiliadora (FMA), murió contenta, sabiendo que era hija de la Virgen María. Pero no tuvo una vida fácil.
“En la vida de Laura Vicuña, en esos trece años, ha habido mucho dolor, pero ella con la gracia de Dios, ha sabido transformar el dolor en amor. El encuentro de Laura con Jesús no ha sido un camino romántico, ha sido un camino de exigencia y cruz”, enfatizó.
Al final de la celebración, Sor Ximena Oyarzo, superiora de las FMA en Chile, indicó estar contenta porque el “carisma salesiano está para la Iglesia”. Además, a nombre de sus hermanas, manifestó la intención de “seguir caminando y llevando la figura de Laurita Vicuña”.