23 de noviembre de 2024 Donar
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Santuarios de la Virgen de Guadalupe de España y México serán definitivamente hermanados

Imágenes de la Virgen de Guadalupe en España y México que están en los santuarios marianos./ Crédito: Arquidiócesis primada de Toledo y México.

Los santuarios marianos de la Virgen de Guadalupe de España y México quedarán definitivamente hermanados el próximo 3 de septiembre, en un acto que se celebrará en la Basílica dedicada a la “Morenita del Tepeyac” en Ciudad de México.

Esto es parte de un acuerdo para establecer relaciones fraternales entre los dos santuarios dedicados a la Virgen de Guadalupe, en la Ciudad de México (México) y en Extremadura (España), firmado en febrero de este 2023 por el Cardenal Carlos Aguiar Retes, Arzobispo Primado de México, y Mons. Francisco Cerro Chaves, Arzobispo de Toledo.

Aunque con el mismo nombre, las advocaciones marianas de Guadalupe tienen distintos orígenes en España y en México. En el caso de la Virgen de Extremadura, cuenta la tradición que un pastor encontró su imagen en un río a finales del siglo XIII o principios del XIV. Fue coronada canónicamente como “Reina de la Hispanidad”.

Por otro lado, la Virgen de Guadalupe se le apareció al indio San Juan Diego del 9 al 12 de diciembre de 1531 en el cerro del Tepeyac, al norte de la actual Ciudad de México. La Virgen se le apareció también al tío enfermo de Juan Diego, Juan Bernardino, a quien le reveló su nombre: La Siempre Virgen Santa María de Guadalupe. Ha sido proclamada como Emperatriz de América.

La primera parte de este acto se realizó el pasado 13 de febrero, al concluir la Santa Misa celebrada en la Basílica del Real Monasterio de Santa María de Guadalupe en Extremadura, donde se firmó el documento de fraternidad y se regaló al santuario una réplica auténtica de la Tilma de San Juan Diego, en la que apareció milagrosamente la imagen de la Virgen. 

La segunda parte de este hermanamiento contempla una celebración eucarística, que se llevará cabo en la Basílica de Guadalupe, presidida por el Cardenal Carlos Aguiar Retes, Arzobispo Primado de México, y concelebrada por Mons. Francisco Cerro Chávez, Arzobispo de Toledo y Primado de España.

Como parte de este acto, el Arzobispo Cerro Chávez entregará una imagen de la Patrona de Extremadura y Reina de la Hispanidad para que los fieles que visiten el santuario mariano mexicano puedan venerarla y celebrar su fiesta cada 3 de septiembre.

El hermanamiento tiene como objetivo promover y divulgar el amor a la Virgen María, invocada en México y en España con el nombre de Guadalupe. Además de fortalecer los lazos fraternos que siempre han unido a ambos pueblos. 

Así es la imagen de la Virgen de Guadalupe de Extremadura que se venerará en México

La imagen que se regaló al Arzobispado de México es un cuadro al óleo de 1 por 0,73 metros, obra del pintor español Raúl Berzosa.

Virgen de Guadalupe de Extremadura en España. Crédito: Arzobispado de Toledo

Según un comunicado compartido con ACI Prensa por el Arzobispado de Toledo, en la pintura se puede apreciar el “rostro sereno y bello, y su inconfundible color caoba” de la Virgen de Guadalupe de Extremadura, así como “su mirada materna y su Hijo Jesucristo Niño en el brazo izquierdo”.

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“Está ataviada con uno de sus mantos más característicos con el que  tantas veces aparece antes sus fieles: blanco con bordados en oro”.

Detrás de la imagen de Nuestra Señora, se alza su santuario extremeño, que es  “casa de María y hogar de sanación”. Y en torno a él, la Puebla de Guadalupe, localidad  que surgió al amparo del primer santuario.

Virgen de Guadalupe de Extremadura en España. Crédito: Arzobispado de Toledo

En el comunicado se asegura que Berzosa ha querido que en el cuadro, a los pies de la imagen de la Virgen, aparezca  la pila bautismal del Real Monasterio, en la que fueron bautizados los dos primeros indios americanos que acompañaron a Cristóbal Colón tras su segundo viaje, en 1498.

Bajo el manto de la Virgen, continúa el mensaje, se puede apreciar a dos ángeles niños, que en sus manos sostienen dos cintas: una roja, que representa “a la Sangre que nos salva, a la Eucaristía que nos alimenta y al testimonio que se nos pide hasta dar la vida por Cristo”.

La otra cinta, de color blanco, es “signo del bautismo y de la efusión del Espíritu Santo, que nos regala una nueva vida”.

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