En la mañana de este miércoles 30 de agosto, en el Aula Pablo VI, el Papa Francisco instó a los fieles a tener “paciencia ante las dificultades” y reiteró que la paciencia es una “virtud cristiana”.
Durante la Audiencia General, el Santo Padre continuó el ciclo de catequesis sobre "la pasión por la evangelización: el celo apostólico del creyente", centrándose en la vida de santa Catalina Tekakwitha, la primera santa nativa de América del Norte, cuya historia dejó una huella de inspiración y devoción.
La historia de esta santa es un testimonio de la capacidad de la fe para superar adversidades.
Por ende, el Papa Francisco indicó: “Quien no tiene paciencia no es un buen cristiano. La paciencia para tolerar las dificultades, para tolerar a los demás que a veces son molestos, o que te ponen en dificultades”.
Catalina nació en 1656 en el norte del Estado de Nueva York, fruto de la unión entre un jefe mohawk no bautizado y una madre algonquina cristiana. Su madre le transmitió las bases de la fe, enseñándole a rezar y cantar himnos a Dios en el dialecto familiar. La evangelización comenzó en su hogar, un recordatorio de cómo la fe se hereda y trasciende a través de generaciones.
El Pontífice recordó que la vida de Catalina estuvo marcada por dificultades y desafíos, desde la epidemia de viruela que se llevó a su familia y dejó cicatrices en su rostro y problemas de visión, hasta las persecuciones y amenazas que enfrentó tras su bautismo. Sin embargo, su amor por la cruz y su paciencia ante las dificultades la llevaron a encontrar en la fe un refugio y una fuerza para llevar adelante su testimonio.