En un viaje considerado histórico, el Papa Francisco visitará Mongolia del 31 de agosto al 4 de septiembre. El último día de su itinerario bendecirá un oasis para los más frágiles de la capital del país que lleva por nombre “La Casa de Misericordia”.
Mongolia, situada entre las potencias mundiales de Rusia y China, es un país sin salida al mar con una población de unos 3,32 millones. Allí los católicos son aproximadamente 1.300 fieles, una ínfima fracción del total de los habitantes.
El lunes 4 de septiembre, a las 9:30 a.m., el Santo Padre bendecirá “La Casa de la Misericordia”, un proyecto que comenzó en 2019 de la mano de líderes de la Iglesia local y de las Obras Misionales Pontificias australianas, conocidas como Catholic Mission.
En ese entonces, explica la agencia vaticana Fides, el Prefecto Apostólico de Ulán Bator, el hoy Cardenal Giorgio Marengo, decidió abrir un lugar para cuidar y asistir a mujeres y menores de edad víctimas de la violencia doméstica.
La Casa está ubicada en un complejo escolar en desuso, que pertenecía a las Hermanas de San Pablo de Chartres, en el distrito urbano de Bayangol, uno de los nueve distritos de la capital de Mongolia, Ulán Bator.
La estructura tiene tres plantas y un sótano, y será también un puesto de primeros auxilios para atender a personas sin hogar, que no tienen acceso al sistema público de salud por no estar registradas en él.