El Obispo Emérito de Calgary (Canadá), Mons. Fred Henry, exigió que se presenten pruebas sobre los niños indígenas desaparecidos en las escuelas residenciales, ya que, en su opinión, se ha extendido una “mentira” sobre este tema en el país.
Las escuelas residenciales fueron un programa del Gobierno canadiense que separaba a los niños indígenas de sus familias para asimilarlos a la cultura occidental, apartándolos de sus raíces nativas.
Fueron impulsadas y supervisadas por el Estado entre 1883 y 1996, y administradas por varias denominaciones cristianas, incluidas algunas diócesis y comunidades religiosas católicas. Se calcula que en todo Canadá hubo aproximadamente 150 de estos centros.
Según una investigación de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, realizada entre 2008 y 2015, entre 4 mil y 6 mil estudiantes murieron por negligencias o como resultado de abusos en las diferentes escuelas residenciales.
"¿Por qué la Iglesia Católica no pide al gobierno federal pruebas de que haya habido un solo niño de internado desaparecido, en el sentido de que sus padres no supieran lo que le ocurrió a su hijo en el momento de su muerte?", cuestionó el Prelado, en un correo electrónico enviado a The Catholic Register, según informó The B.C. Catholic el 17 de agosto.
A fines de junio, el Obispo Emérito también pidió a la Conferencia Episcopal Canadiense (CEC) que rechace pública y formalmente el informe provisional de la asesora especial del Ministro de Justicia sobre los niños desaparecidos y las tumbas sin nombre, asociadas a los internados indios.