ARLINGTON,
En una disputa cada vez más áspera entre el Obispo de Fort Worth en Texas, Mons. Michael Olson, y un monasterio carmelita local, las monjas desafían una orden del Prelado que prohíbe a los laicos católicos visitar y rezar en el monasterio.
El convento de la Santísima Trinidad de Arlington emitió la semana pasada un desafiante comunicado en el que afirmaban que Mons. Olson no tiene autoridad para cerrar su monasterio y que su capilla sigue abierta al público. Las religiosas señalaron, además, que el Prelado y la diócesis siguen negándoles los sacramentos, incluida la Misa y las Confesiones.
La declaración del monasterio, escrita por el abogado Matthew Bobo, indicaba que aunque "Mons. Olson continúa su vengativa guerra personal contra las monjas carmelitas de Arlington", ellas "no reconocen ni reconocerán el abuso injustificado y no autorizado de este obispo y el ejercicio del poder total que de repente intenta ejercer sobre el monasterio".
El obispo cierra las puertas del monasterio al público; las monjas las abren de todos modos
Aunque Mons. Olson ha declarado el monasterio cerrado al público, Bobo informó que las monjas "decidieron abrir sus puertas y permitir a los fieles laicos venir a rezar a la capilla”.
"El monasterio y todas sus propiedades pertenecen a las monjas carmelitas descalzas", afirmó Bobo. "Nadie tiene derecho a decirle al dueño de una propiedad privada quién puede y quién no puede entrar en su propiedad privada”, y añadió: “El obispo ha intentado aislar a las monjas carmelitas de Arlington, separándolas de sus colaboradores de toda la vida y, al hacerlo, impidiendo que los fieles laicos asistan a la iglesia de su preferencia”.