A pesar de la incertidumbre y el miedo causados por la violencia, la comunidad indígena tarahumara de Santa Anita (México) inició la reconstrucción de la iglesia de su poblado, que fue seriamente dañada por cientos de orificios de bala durante un enfrentamiento entre bandas criminales.
El combate entre integrantes del crimen organizado el pasado mes de junio causó graves daños, tanto fuera como dentro del templo, así como en las imágenes de Cristo, la Virgen María y Santa Anita. Al exterior de la iglesia, las autoridades encontraron el cuerpo de un hombre decapitado.
Santa Anita se encuentra a unos 50 kilómetros de la ciudad de Guachochi, donde tiene su sede la Diócesis de Tarahumara.
En la Diócesis de la Tarahumara fueron asesinados los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora el 20 de junio de 2022. La Sierra Tarahumara es una región montañosa al norte del país donde pulula el crimen organizado debido a la vasta diversidad que permite la tala y la minería ilegal, como también el cultivo de amapola.
El P. Enrique Urzúa Romero, párroco de la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe en Guachochi, mencionó, a través de Facebook, que “a pesar de la incertidumbre y el miedo”, la comunidad “desea recuperar la vida”. Por tal motivo, los feligreses empezaron a resanar las paredes y sustituir las imágenes religiosas afectadas con sus propios recursos.