Jaranwala,
La Arquidiócesis de Karachi, en Pakistán, condenó los recientes ataques contra iglesias y hogares cristianos a raíz de una presunta profanación del Corán por parte de Salim Masih, un cristiano local. En un comunicado, publicado por Good News Catholic TV de Pakistán, el Arzobispo de Karachi, Mons. Benny Travas, señala: que “con gran conmoción e incredulidad” se han “vuelto a enfrentar a un odio abierto y una ira incontrolable”, refiriéndose a la comunidad cristiana.
Continúa el Prelado que escribe sobre una “presunta profanación del Corán, todavía por investigarse”, que llevó a actos de violencia contra toda la comunidad cristiana de Jaranwala, en Faisalabad, y añade que “iglesias y casas han sido atacadas, destruidas e incendiadas sin temor alguno, y que la Santa Biblia y los lugares sagrados de culto han sido profanados”.
Sobre los políticos y funcionarios del país, Mons. Travas es tajante: “Una vez más, tenemos las mismas condenas y visitas de siempre, donde expresan solidaridad y prometen que se hará justicia, pero en realidad nada se materializa y todo se olvida”.
Luego, como Arzobispo de Karachi y cabeza de la comunidad cristiana allí, afirma: “No puedo comprender cómo mi gente manifestaría irrespeto a cualquier religión o a cualquier libro religioso”. Y añade que ellos —-la comunidad cristiana—- han demostrado una y otra vez “su fidelidad a la nación pakistaní”. Sin embargo, incidentes como “la quema de hogares en Gojra, Shantinagar, en la Colonia de José y ahora en Jaranwala, muestran que somos en realidad ciudadanos de segunda clase, que pueden ser aterrorizados a discreción”.
El comunicado concluye haciendo una llamado al gobierno pakistaní. Mons. Travas afirma que “deben mostrar solidaridad a la comunidad cristiana en esta hora de dolor tomando acciones resueltas en contra de quienes tomaron la ley en sus propias manos y destruyeron y profanaron iglesias, las Escrituras Sagradas y los hogares de tanta gente”.
Finalmente, el Arzobispo pide una “investigación de alto nivel” sobre el tema de las profanaciones contra el Corán, ya que, a su parecer, “incidentes anteriores han demostrado que hay otros motivos detrás de estas acusaciones”.