Javier Milei. Crédito: Flickr Ilan Berkenwald (CC BY-SA 2.0)
Tras el triunfo del economista Javier Milei, del partido La Libertad Avanza, en las elecciones primarias en Argentina el domingo 13 de agosto, el conocido sacerdote Fray Nelson Medina analiza los "mesianismos políticos" y ofrece 5 consejos a los católicos.
La victoria de Milei, que logró poco más del 30% de los votos, superando al oficialismo kirchnerista y al bloque opositor Juntos por el Cambio, fuerza que gobernó entre 2015 y 2019 con Mauricio Macri, fue sorpresiva.
El candidato se opone a que el aborto sea legal en Argentina -lo es desde 2020-, como también a la educación sexual integral y a la ideología de género, pero está igualmente en contra de que Argentina sea un país católico, apoya la venta libre de drogas, de órganos o de niños con el argumento de que son propiedad de los padres.
En declaraciones a ACI Prensa y consultado sobre la reciente victoria de Milei, Fray Nelson comenta que "es apenas natural que, ante la avalancha de leyes y tanta presión social para deformar la familia y derribar los valores tradicionales, muchos católicos que toman su fe en serio sienten una combinación de desánimo, frustración e indignación, lo cual constituye un caldo de cultivo magnífico para que tengamos brotes de entusiasmo cuando sucede que un líder, por ejemplo en la política, le da voz a nuestros descontentos y promete hacer algo concreto para frenar tantas intrusiones y abusos".
El también Doctor en Teología Fundamental, conocido por su apostolado en redes sociales, precisa que "el problema está en que ese entusiasmo puede convertirse en una especie de bloqueo emocional que idealiza a las personas, se vuelve miope o ciega ante sus incoherencias y está dispuesta a transigir frente a sus defectos, los cuales quizás resultan completamente evidentes para otros menos entusiasmados con el nuevo líder. Lo que estoy describiendo es simplemente el antiguo fenómeno de masas conocido con nombres como 'populismo'".
El fraile dominico explica luego que los políticos tienden a despertar pasiones para llegar al poder y que, en ese camino, desarrollan "unas ciertas dotes de actuación para que sus emociones, casi siempre exageradas, lleguen muy lejos y muy hondo en los corazones de sus posibles votantes".