REDACCION CENTRAL,
La Conferencia Episcopal Peruana (CEP) manifestó su firme rechazo a la aprobación del aborto "terapéutico" a una niña de 11 años, embarazada con 18 semanas de gestación a causa de una violación, invitando más bien a la defensa de las dos vidas: la de la madre y la del bebé.
"Frente a este acto de injusticia y de vulneración del derecho a la vida del nasciturus, levantamos nuestra voz de rechazo ante este hecho injusto e indolente. Puesto que la vida es sagrada. La vida es un derecho absoluto e inalienable, porque es un don divino, que Dios nos pide salvaguardar, como reza el quinto mandamiento del decálogo: 'no matarás'", indica la CEP en un comunicado difundido este lunes 14 de agosto.
"Recordemos que en un embarazo por violación existen tres personas: el violador, la víctima y un inocente. En este caso se ha condenado a muerte a un inocente, se ha expuesto a un daño mayor a la víctima y se ha liberado al delincuente. No se puede justificar un mal, en este caso, un aborto directo, para obtener supuestamente el bienestar de otra persona", añaden los obispos.
El principal sospechoso de cometer los reiterados abusos sexuales contra la niña es Lucas Pezo Amaringo, su padrastro de 41 años, quien reside en la ciudad de Iquitos. El sujeto había sido detenido y posteriormente liberado. Actualmente es buscado por la Policía Nacional.
El sábado 12 de agosto, el Instituto Nacional Materno Perinatal, entidad adscrita al Ministerio de Salud del Perú, informó que una segunda junta médica había aprobado el aborto "terapéutico" a la menor (apodada "Mila" para mantener su nombre en reserva), pese a la negativa de una junta previa. El argumento para desautorizar la decisión inicial fue: "Evitar en su salud física y mental un mal grave o permanente".
Desde que se dio a conocer el caso, el 8 de agosto, medios de comunicación, activistas, ONG y la misma ONU han presionado al Estado peruano para que lleve a cabo esta práctica.