Gilles Bouhours fue un niño francés que, con sólo 5 años, “ayudó” al venerable Papa Pío XII a proclamar el dogma de la Asunción de la Virgen María el 1 de noviembre de 1950.
En la Solemnidad de la Asunción de la Madre de Dios, en cuerpo y alma al cielo, recordamos la historia poco conocida de Gilles, quien se convirtió en el “signo” que pidió Pío XII a la Virgen María para proclamar el dogma con la constitución Munificentisimus Deus.
Pío XII, quien recibió la consagración episcopal el día de la primera aparición de la Virgen de Fátima el 13 de mayo de 1917, había pedido a la Madre de Dios un signo, que llegó en carne y hueso en la persona de Gilles.
El encuentro entre el Papa Pío XII y el pequeño, explica la Enciclopedia Católica (EC), ocurrió el 1 de mayo de 1950.
“El pequeño reveló en dicha ocasión al Santo Padre un secreto que le habría comunicado la Madre de Dios en una revelación privada para ser transmitido al Papa: ‘La Sainte Vierge n'est pas morte, Elle est montée au Ciel en corps et en âme’ (La Santa Virgen no murió; subió al cielo en cuerpo y alma)”, precisa la EC.
La EC añade que después de haber consultado a muchos expertos, la llegada del niño al Vaticano “habría decidido al Papa Pacelli a proceder a la definición dogmática, viendo en él una expresa confirmación celeste”.