Este próximo 13 de agosto se cumplen 80 años del martirio del sacerdote marianista beato P. Jacob Gapp, que fue decapitado en Berlín en 1943, tras ser localizado por los nazis en España, donde se había refugiado.
Nacido en 1897 en Austria, combatió durante la I Guerra Mundial, tras lo cual ingresó en la Compañía de María (marianistas). Su valiente predicación que denunciaba con contundencia las teorías racistas del Partido Nazional Socialista de Adolf Hitler le llevaron a tener que exiliarse en 1939.
Tras pasar por Burdeos (Francia), ciudad en la que murió el beato Guillermo José Chaminade, fundador de los marianistas, llegó en 1941 a Valencia (España), donde sus compañeros regentaban (y aún hoy lo hacen) el colegio El Pilar, donde se entregó a la docencia del latín y el alemán.
La Gestapo, policía secreta oficial del régimen alemán, localizó al marianista y envió a dos de sus hombres para engatusarlo. Para ello, lograron convencer al sacerdote de que eran dos judíos que habían logrado escapar de Alemania.
Al poco, le convencieron para viajar a San Sebastián, muy cerca de la frontera con Francia, entonces regida por un gobierno aliado de Hitler. Confiado, aceptó desplazarse hasta Hendaya, al otro lado de la frontera, donde fue arrestado.
Fue conducido a París y, de allí, a Berlín. Durante todo el tiempo que fue torturado, mantuvo su profesión de fe con entereza, hasta el final, cuando fue decapitado en la cárcel de Plötzensee.