Un misionero mexicano en Corea del Sur, un sacerdote diocesano de Seúl y una religiosa del país asiático residente en España explican las expectativas y dificultades ante el reto de organizar la próxima JMJ en el año 2027.
El P. Ramiro Zúñiga, lleva 24 años trabajando en Corea del Sur, donde peregrina "una Iglesia joven, muy viva, con muchos éxitos" tanto desde el punto de vista vocacional, económico y organizacional.
Sin embargo, explica, también tiene "muchos retos, porque el bienestar de la economía no siempre trae el bienestar de la fe. Para mucha gente la seguridad económica, el bien vivir, se convierte en una seguridad donde ya Dios no hace falta".
Esta circunstancia provoca que "el boom que se vivió en los años 80, 90, cuando había cientos de bautizados en cada iglesia" haya amainado, del mismo modo que ha decrecido "el número de niños, adolescentes y jóvenes que asisten a misa", detalla a ACI Prensa el misionero.
El P. Yoo Sanghyuk, sacerdote de la diócesis de Seúl, especifica que "alrededor del 10% de la población total de Corea es católica" y confirma que, aunque sus comunidades "crecieron rápidamente durante tiempos difíciles, ahora están siguiendo a las iglesias europeas" en un cierto declive.
Sin embargo, puntualiza, la Iglesia Católica "todavía tiene buena influencia" en el país.