Como cada 7 de agosto, una multitud de fieles acudió al Santuario de San Cayetano, en Buenos Aires, con el propósito de pedir la intercesión del Santo para que en la mesa de los argentinos no falte el pan, y que todos puedan tener un trabajo digno.
Este año, los peregrinos comenzaron a llegar durante el domingo, para aguardar a la apertura del santuario, que se produjo a las 00:00 horas del lunes, mientras la banda de la Policía interpretaba el Himno Nacional.
Es tradición que la Misa central esté presidida por el Arzobispo de Buenos Aires. En su momento, era una cita obligada para el Cardenal Jorge Bergoglio, hoy Papa Francisco, que gustaba mucho de acercarse al barrio de Liniers y compartir la Eucaristía con aquellos que ruegan por encontrar trabajo.
En esta ocasión, la Misa de las 11:00 horas estuvo presidida por el actual Arzobispo, Mons. Jorge Ignacio García Cuerva, quien en su homilía hizo referencia a un pasaje del Evangelio, en el que el discípulo Andrés le dice a Jesús: "Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada y dos pescados".
A raíz del relato, propuso a los presentes pensar en ese niño, que "seguramente habrá sido como tantos niños" que van al colegio, al club, juegan en las plazas… pero también "como tantos niños que viven en la calle, que duermen en las estaciones, que juntan cartones o revuelven la basura buscando algo para comer o vender".
"El chico del Evangelio carga cinco panes y dos pescados. Me imagino que los habrá ido juntando, los habrá ido pidiendo, y ahora los ofrece para el milagro de la multiplicación", reflexionó el Prelado.