El Papa Francisco acudió al Santuario de Fátima el 5 de agosto de 2023 para rezar el Rosario junto con jóvenes enfermos. Tras el rezo, el Pontífice improvisó una intervención en la que alumbró una nueva advocación mariana: Nuestra Señora Apurada.
A continuación, el texto completo del discurso del Santo Padre:
Queridos hermanas y hermanos: ¡Bom dia!
Gracias, Mons. Ornelas, por sus palabras, gracias a todos ustedes por la presencia y la oración. Hemos rezado el Rosario, una oración bella, llena de vida, porque nos pone en contacto con la vida de Jesús y de María. Y hemos meditado los misterios gozosos, que nos recuerdan que la Iglesia puede solamente ser un hogar lleno de gozo. La pequeña capilla en la que nos encontramos, esto es como una hermosa imagen de la Iglesia: acogedora, sin puertas, la Iglesia no tiene puertas para que todos puedan entrar.
Y aquí también podemos insistir en que todos puedan entrar, porque esta es la casa de la Madre, y una Madre siempre tiene el corazón abierto para todos sus hijos. ¡Todos, todos, todos! ¡Sin exclusión! Estamos aquí bajo la mirada maternal de María, estamos aquí como Iglesia, Iglesia Madre. La peregrinación es un rasgo mariano, porque la primera en hacer una peregrinación después de la Anunciación de Jesús fue María. Apenas se enteró que su prima estaba embarazada, ya muy mayor la prima, salió corriendo. Es una traducción un poco libre, pero el Evangelio dice "salió con apuro". Nosotros diríamos: "salió corriendo". Salió corriendo con ese afán de ayudar, de estar presente.
Hay tantas advocaciones de María, pero una -que podemos decir también, pensando- es esta: la Virgen que sale corriendo, cada vez que hay un problema, cada vez que la invocamos, no tarda, viene, se apura: Nuestra Señora Apurada. ¿Les gusta eso? Lo digamos todos juntos: Nuestra Señora Apurada. Se apura para estar cerca de nosotros, se apura porque es Madre, apressada, en portugués se dice apressada me dice Mons. Ornelas. Nossa Senhora Apressada.