Pasadas las 9 de la mañana en Lisboa, el Papa Francisco llegó este viernes 4 de agosto al Jardín Vasco da Gama de la capital lusa para confesar a tres peregrinos mientras los presentes no cesaban de proclamar "¡esta es la juventud del Papa!".
El Santo Padre fue acompañado en silla de ruedas hasta el confesionario A-12 que le tenían reservado con un sillón blanco especial preparado. Sin embargo, decidió cambiar a un nuevo emplazamiento (B-12), algo más alejado, y así preservar de mejor forma la intimidad de los penitentes.
Para la ocasión, y como es preceptivo, el Papa utilizó una estola morada. Un chico y una chica tuvieron la oportunidad de confesarse con el Santo Padre. El varón es español.
Pasada media hora, el Pontífice abandonó el lugar saludando desde el coche a los presentes a lo largo del recorrido.
Confesionarios elaborados por presos
Los confesionarios han sido elaborados en los últimos meses por internos de las cárceles de Paços de Ferreira, Oporto y Coimbra en Portugal.
En Paços de Ferreira, se construyeron 50 de estas estructuras con la colaboración de varios reclusos, algunos de ellos liberados en mitad del proceso, lo que obligó a renovar los equipos.